sábado, 27 de septiembre de 2008

Auvers-sur-Oise I




El 20 de mayo de 1890 el tren se detuvo en la estación de Auvers-sur-Oise. Del primer vagón baja Vincent, un sombrero de paja cubre su cabeza y en la mano lleva un papel con la dirección de un médico, el doctor Gachet. No imagina que el pequeño pueblo, a sólo 35 kilómetros de París, será el último escenario y la fuente de inspiración de sus pinturas más intensas. En setenta días pinta setenta y tres cuadros.

"...Mi querido hermano, sigo escribiéndote en los intervalos de mi trabajo. Trabajo más que nunca con un furor sordo, creo que pintar me ayudará a curarme, porque una nueva crisis podría destruir mi capacidad de pintar..."
Vincent a Theo
Auvers, 1890

2 comentarios:

Anónimo dijo...

lo que no te mata te hace mas fuerte

fnu

Anónimo dijo...

que belleza caro! que ganas me dan de viajar. Encontrame con las imagenes de van gogh me alegra el día.
Frani