"...No se me ocurre otro pintor europeo cuya obra exprese un respeto tan franco por las cosas cotidianas, sin por ello elevarlas en alguna medida, sin salvarlas de su cotidianeidad mediante la idealización de lo que representan o de aquello a lo que sirven. Chardin, La Tour, Courbet, Monet, De Satel, Miró, Jasper Johns - por nombrar sólo algunos- se apoyaban todos en la autoridad de una ideología pictórica, mientras que él, en cuanto abandonó su primera vocación de predicador, abandonó toda ideología. Se volvió estrictamente existencial, se quedó ideológicamente desnudo. La silla es una silla, no un trono. Las botas estan gastadas de andar. Los girasoles son plantas, no constelaciones. El cartero reparte cartas. Los lirios morirán. Y de esta desnudez suya, que para sus contemporáneos era ingenuidad o locura, procedía su capacidad de amar, súbitamente y en cualquier momento, lo que veía delante de él..."
John Berger
"El tamaño de una bolsa", 2001
2 comentarios:
k buenos sapatitos! jajaja, re bien, parece un par de sapatos destroy dsps d haber bailado toda una noche en pachá, uiiiiiii. los sapatitos me aprientan, las medias m dan kalor, buena onda, ns vemos en el abasto y k viva kumbio!
Ante todo, estoy de acuerdo con Jessica: mas cierto imposible que ese par de zapatos parecen haber sufrido las consecuencias de una noche de intensa jarana y algarabía. Si hasta parecen emanar (reverberar sería el verbo correcto, si es que se puede reverberar a través de una pintura, claro, los presocráticos decían que si)un tufillo a turbia excitación.
Con respecto a lo que dice el señor John Berger estoy parcialmente de acuerdo ya que Lucien Freud(un contemporáneo, si es que el comentario de Berger es amplio, abarcativo)plasma en la tela una cotidianeidad, inmóvil, pero cotidianeidad al fin al cabo, provista, en la mayoría de los casos, del ascetismo que tanto entusiasma al apasionado habitante de los Alpes.
Gran Post, Carolina, mis felicitaciones por este invaluable aporte a la cultura.
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